Sé amable contigo misma. Acéptate - María Masanet, Gabinete Psicoaltet

Nuestra voz crítica nos juega malas pasadas, constantemente nos está recordando lo que no hacemos bien, lo que no hacemos tan bien como antes, aquello en lo que fallamos o aquello que no hemos conseguido. Es así de cruel. 

A veces erramos pensando que esa voz crítica nos ayuda a ponernos las pilas y cambiar, pero lo cierto es que casi siempre lo que hace es que nos sintamos mal, nos paralicemos y nos enfermemos, es decir, todo lo contrario a lo que pensamos que vamos a conseguir tratándonos así.


Aprende a ser amable contigo, siempre. Desde la amabilidad y la aceptación podemos cargarnos de energía y fuerza para  plantearnos qué es aquello que queremos mejorar y hacerlo. 
Escuchándote. Sabiendo cuáles son tus límites.  Y dándote cuenta de que mereces ser aceptada, respetada y querida por tí.







"La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú. Ten cuidado entonces con lo que te dices a tí misma" (Zig Ziglar)




Eres un ser único, no te compares, sino intenta alcanzar la mejor versión de ti misma pero disfrutando del camino del cambio, no presionándote ni machacándote por no cumplir tiempos ni expectativas.

Conocete y date cuenta de cómo eres y lo que necesitas para alcanzar tus metas, desde esa posición amable y compasiva estoy segura que lo verás más fácil y lo vivirás con mayor ilusión. Ese es el camino del cambio...

Así que, 
- Reflexiona sobre cómo te diriges a ti misma, ¿cómo te hablas? ¿eres amable contigo, o cruel y crítica?
- Modifica esa forma de hablarte, por ejemplo, hablándote como le hablarías a alguien a quien aprecias muchísimo
- Valora cada noche algo que hayas conseguido ese día, no menosprecies nada, cualquier logro es digno de ser valorado
- Sé agradecida, siempre. Te ayudará a sentirte mejor contigo misma.





Si necesitas más información, pautas y herramientas para encontrar tu bienestar, no dudes en ponerte en contacto conmigo, trabajaremos juntas,

Mª Asunción Masanet - Psicóloga CV08699
Gabinete Psicoaltet
Tfn 655 572 456

Mis pensamientos no me dejan ser feliz - María Masanet, Gabinete Psicoaltet



Estamos continuamente pensando. Tenemos pensamientos neutrales, que a penas generan emociones (“voy a desayunar”), pensamientos que generan emociones positivas (“qué agusto estoy en la playa”), y otros que generan emociones no tan agradables (“tengo que limpiar toda la casa” J). Tenemos pensamientos centrados en el presente, en el pasado (“recuerdo cuando…”) y en el futuro (“voy a ir a compra esta tarde”)


Según las teorías cognitivas (teorías basadas en los pensamientos), nuestras emociones y comportamientos son causados por nuestros pensamientos. Es decir, según como piense, así me sentiré, y actuaré. Es el llamado esquema ABC, cuyo ejemplo puedes ver en la siguiente imagen


                                                          Modelo ABC (teoría cognitiva)


¿Cuándo tus pensamientos comienzan a ser un problema?
  • Cuando te generan emociones negativas muy intensas (miedo, ansiedad, rabia, tristeza…), son muy frecuentes y repetitivos.
  • Cuando continuamente estas pensando en el pasado
  • Cuando tus pensamientos se centran constantemente en la preocupación por el futuro
  • Cuando lo que piensas y lo que haces no coincide.

En estas situaciones, empiezas a sentir MALESTAR.


Hablamos de pensamientos irracionales, cuando tienes pensamientos que no están basados en la realidad, que te generan un malestar intenso, que te limitan o impiden alcanzar tus objetivos, y que generan conflicto contigo misma y/o con los demás.


Estos pensamientos irracionales están agrupados por "categorías", veamos algunos de ellos:
Sobregeneralización: es la tendencia a generalizar, a extraer una conclusión general de un hecho aislado. Las palabras que suelen acompañar a esta distorsión son: “nadie”, “nunca”, “siempre”, jamás”, “todos” o “ninguno”, etc

Por ejemplo: “siempre estamos igual”, “nada ha cambiado”, “nunca me escuchas”, “jamás conseguiré lo que quiero”, “nadie me quiere”… (Como puedes comprobar, no son pensamientos objetivos, sino basados en tu percepción subjetiva, te generan un malestar intenso, y conflicto contigo misma o con los demás, por tanto, son irracionales)

Personalización: es la creencia de que todo ocurre por tu culpa, “te sientes el centro del universo”. Por ejemplo, tu pareja tiene mala cara y piensas “algo le he hecho”, hay dos personas riéndose y piensas “se rien de mí”, …

Interpretación del pensamiento: Creer saber lo que piensan los demás y porqué se comportan de la forma en que lo hacen. Cuando crees que puedes leer la mente de los demás!
Por ejemplo: “piensa que soy una inmadura”, “lo que quiere es ponerme nerviosa”, “lo que quiere es reírse de mí”,   “piensa que soy una estúpida”.

Deberías: son exigencias (perfeccionistas), mandatos que dirijo hacia mí misma o hacia los demás.
Los deberías que dirijo a mí misma me generan autocritica constante, y culpa
Los deberías que dirijo hacia los demás me generan ira y enfado hacia ellos
Son pensamientos que empiezan por: “debería”, “tendría”, “no debería”, “no tendría”, “tiene que”, “debo”, “tengo”…

Veamos algunos ejemplos:
"No debo cometer errores", "Tengo que gustar a todo el mundo", "Los demás deben actuar bien conmigo", "La vida debería ser fácil, sin problemas", "Debo ser la amiga, mujer, profesora, hija perfecta…", "No deberías tratarme así...", "Debería estar siempre feliz y serena", "No debería sentir emociones negativas, tales como la ansiedad, la tristeza, la rabia o los celos"...

Pensamientos catastrofistas: es la tendencia a esperar lo peor, creer que lo que va a venir va a ser negativo. Tus pensamientos aquí están centrados en el futuro.
Son pensamientos que suelen empezar por “y si” … Generan ansiedad, miedo, fobias
Por ejemplo: “y si salgo a la calle y me pasa algo? (agorafobia), “y si este dolor de cabeza es un tumor (hipocondría), “y si mi marido me abandona”, “y si me despiden del trabajo” (miedo, preocupación, ansiedad…)


¿Cómo puedo cambiar esta forma de pensar, y, por lo tanto, ser más feliz?
1.En primer lugar, has de aprender a IDENTIFICARLOS. Estos pensamientos son automáticos, llevan acompañándote toda tu vida, por lo que a veces te costará darte  cuenta de que los tienes.
La próxima vez que sientas una emoción desagradable (tristeza, enfado, miedo, rabia…), parate y piensa “¿en qué estoy pensando?. Si lo practicas, cada vez serás más consciente de tus pensamientos.

2. En segundo lugar, date cuenta de que es un PENSAMIENTO IRRACIONAL, es decir:
-                          No está basado en ninguna evidencia objetiva, sin en tu subjetividad
-                          Te genera un malestar intenso
-                          Te genera conflicto contigo y/o con los demás

3. En tercer lugar, intenta cambiar ese pensamiento por otro que te genere emociones más agradables, que te ayude a sentirte mejor. Lo que llamaríamos buscar un pensamiento alternativo.

Puedes ayudarte de las siguientes preguntas: 
        ¿Qué probabilidad existe de que ese pensamientos sea cierto?¿estoy exagerando?
        ¿Qué le diría a una amiga/familiar si pensara así?
        ¿Qué es lo peor que puede pasar?¿Realmente es tan grave?
        ¿Estoy pensando de forma objetiva, o me estoy dejando llevar por lo que siento?... etc





 La Terapia en Psicoaltet
Una de las bases de mi trabajo es la terapia cognitiva. En las primeras sesiones dedico tiempo a explicarte en qué consiste, te ayudo a identificar cuáles son tus pensamientos irracionales (aquellos que te limitan, te generan emociones negativas y no te permiten encontrarte bien) y te ayudo a que aprendas a cambiarlos. 
Con práctica y dedicación, es una técnica que da buenísimos resultados (su efectividad está basada en evidencias científicas, y se ha demostrado que sus efectos permanecen en el tiempo, una vez terminada la terapia).


María Masanet
Psicóloga y Terapeuta Gestalt
Gabinete Psicoaltet
www.psicoaltet.com





El psicólogo es para TODOS - No sólo para los LOCOS - María Masanet, Gabinete Psicoaltet

Uno de mis objetivos profesionales es acercar la psicología a todo el mundo, ¡vamos a desmitificarla!
Hoy voy a explicarte cómo el psicólogo, como yo, puedo ayudarte. A tí, sí, a tí que no estás loca, pero que no te encuentras bien con la vida que llevas, que sientes que hay aspectos de tí que te crean malestar, que hay cosas que quieres cambiar pero que no entiendes por qué no puedes hacerlo. A tí que a diario caes en los mismos errores, en los mismos sentimientos, en los mismos pensamientos negativos...

Me encanta cuando mis pacientes (frecuentemente y tras un par de meses de terapia) me comentan esto:"todo el mundo debería ir al psicólogo, por lo menos una vez en su vida"... Por eso lo hice. Y fue el tiempo y el dinero mejor invertido en toda mi vida, sin dudarlo.


Es necesario que dejemos de ver al psicólogo (sólo) como alguien que trata trastornos: depresión, ansiedad, fobias, hiperactividad, psicosis....Las herramientas de las que disponemos los psicólogos son herramientas que empleamos para resolver dificultades también en personas "sanas" (para que me entiendas). Te pongo un ejemplo clarísimo: los deportistas de élite tienen psicólogo.

Voy a ponerte mi ejemplo, es una buena forma de entenderlo. Con 22 años comencé a sentir que no me encontraba bien. Tenía conflictos conmigo misma y con los demás, me costaba poner límites, por intentar agradar a todas las personas de mi alrededor, por poner a los otros antes que a mí.  "tengo que ser buena persona y ayudar siempre a los demás" parecía mi slogan. Evidentemente, esto hizo que me relacionara con personas (relaciones sociales y de pareja) que no me eran saludables. 

En un momento de saturación !no puedo más! (te recomiendo que no lleges a ese punto) decidí acudir a terapia. Bendita la hora. Empecé a conocerme realmente, las piezas de mi rompecabezas empezaron a encajar, y desde ahí empecé a tomar decisiones. Mi terapia duró unos 3 años (2 años de terapia individual y un año de terapia grupal). Puede parecerte una barbaridad, pero no lo es. Los hábitos, pensamientos y conductas que llevamos arrastrando toda la vida no se modifican en 3 meses, lo siento, no es magia. Hay que trabajar duro y así se consigue el resultado, como en casi todo ¿no crees?


¿Qué haremos en las sesiones, hablar? Yo ya tengo una muy buena amiga que es "mi psicóloga particular"
Me parece muy positivo. Está demostrado que el apoyo social (de familia y amigos) es beneficioso para mejorar en terapia. Pero lo siento, no es suficiente. NO. Tu amiga no es psicóloga. Así que te ayudará desde su rol. El mío es otro, yo no tengo vínculos emocionales contigo, yo no te doy consejos. Yo te enseño, te ayudo a tomar conciencia de cómo te encuentras, te explico cómo trabajar tus dificultades o miedos (con herramientas concretas), y te ayudo a comprender por qué te cuesta el cambio. Es algo diferente a lo que te ofrece tu amiga ¿no crees?

¿Qué me explicarás en las sesiones? Porque yo tengo unos libros de autoayuda que me explican muy bien lo que he de hacer.
Los libros de autoayuda, los artículos de psicología, vídeos de youtube etc, son una buena herramienta, pero complementaria a la terapia. No son terapia.
¿Por qué? Primero, porque el libro va dirigido a un gran número de personas, sin embargo, la terapia que YO hago CONTIGO es personalizada, trabajo desde tí, tus características y circunstancias. El libro no puede llegar hasta ahí.
Segundo, porque hay ciertos temas que merecen más profundización y explicación. Y la persona que te lo explica soy yo, tu psicóloga. Si haces mal uso de ese libro, puede que sea peor el remedio que la enfermedad.



Yo ya me conozco mucho, ya me he psicoanalizado mucho,no me hace falta nada más.
Lo siento, eso no es cierto. A la persona que mejor engañamos es a nosotras mismas. Somos capaces de autoengañarnos, de sabotear nuestros deseos, de dejar que el miedo sea el que controle nuestra vida. Permítete que alguien profesional y externo a tí te ayude a conocerte realmente, te ayude a ver qué va mal en tu vida y que permites que siga así.

Ir al psicólogo es muy caro, no puedo permitirmelo.
Ir al psicólogo te cuesta lo mismo que ir a la peluquería a hacerte mechas, comprarte dos camisetas de Zara o salir un día a cenar y tomas dos copas. No te digo más.
Si priorizas esto a mejorar tu salud emocional, entonces puede parecerte caro. Pero no lo es. Ya te he dado pruebas de ello. ¿Crees que tu bienestar emocional y físico no merece que inviertas parte de tu dinero en él?¿No crees que te resulta más caro vivir insatisfecha, triste, ansiosa o desmotivada?

Entonces...¿en qué puedo ayudarte?
Puedo ayudarte a entender por qué no acabas de sentirte bien, por qué a pesar de "tenerlo todo" te sientes vacía y triste o desmotivada.
Puedo ayudarte a comprender por qué sigues en una relación de pareja en la que no quieres estar, o por qué todos los hombre que eliges  resultan ser una mala elección.
Puedo ayudarte a entender por qué tu familia te sobrepasa, por qué no acabas de sentirte bien con ellos y a veces necesitas expresarles algo que al final nunca haces...
Puedo ayudarte a encontrar tu rumbo, a que empieces a solucionar tus dudas, tomar decisiones y sentirte realmente alegre...
Puedo ayudarte a organizar tu tiempo, tu hogar y tus finanzas, para que empieces a vivir más desahogada, menos agobiada, y sintiéndote más libre.
Puedo ayudarte.......




 Mª Asunción Masanet
Psicóloga especialista en clínica - Terapeuta Gestalt
N. colegiada CV08699
www.psicoaltet.com

- PON(TE) LÍMITES - María Masanet, Gabinete Psicoaltet



El trabajo con los límites es un aspecto que siempre me ha fascinado en psicología. Quizá porque personalmente también fue algo que me tocó aprender en terapia hace ya unos años,  quizá porque es la causa de multitud de consultas en mi gabinete,... Seguramente por ambas cosas.

Desde mi profesión de educadora hace ya tiempo, y ahora desde mi rol de madre, parece que en temas de educación está muy claro “los niños necesitan límites”, “ponle límites a tus hijos…” Sin embargo, en cuanto a nosotros mismos, el tema no está tan claro…

y tú, ¿te pones límites? ¿pones límites a los demás?

Existe en muchas personas la dificultad para poner límites a lo que no quieren/desean hacer. Dificultad para gastar un dinero que no querías gastar, dificultad para decir a un amigo que “no” cuando te pide algo que no quieres hacer, dificultad para seguir una alimentación saludable o para dejar de obsesionarte con ciertos pensamientos…
Todo esto son límites. Frecuentemente creemos que hemos de ponérselos a nuestros hijos, pero no reflexionamos sobre la importancia de saber ponérnoslos, y ponérselos al resto de personas con las que nos relacionamos.

¿Por qué es tan importante aprender a poner(te) límites?

En primer lugar, porque si no eres capaz de ponerte límites, no serás capaz de controlar tu comportamiento. Vas a ser esclavo de tus emociones (ansiedad, tristeza, euforia, estrés)… y ellas guiarán tu comportamiento (si estoy triste me doy un atracón de chocolate, si estoy eufórico porque acabo de cobrar me gasto el dinero el mismo día, si mi casa no está perfecta me estreso y me pongo de mal humor….) Es importante aprender a CONTROLAR TU COMPORTAMIENTO, guiarlo hacia donde tú quieres.

En segundo lugar, porque cada día más personas acuden a terapia agotadas, tristes, ansiosas, desencantadas… porque no han sabido posicionarse ante un familiar, ante su pareja o amigos, y se sienten utilizados, poco respetados o anulados

Aparecen dificultades en la autoestima, inseguridad, dificultad a la hora de tomar decisiones o resolver un problema (relaciones de pareja disfuncionales, conflicto con un familiar, amistades tóxicas, adicciones, problemas económicos, ansiedad, estrés, depresión, dependencia emocional...). Al fin y al cabo, hacer aquello que no quieres, sólo por agradar o no molestar al otro, o porque el otro no se vaya, genera consecuencias negativas en tí antes o después.


¿Por qué no eres capaz de poner límites?

Primero, porque existen ciertas creencias disfuncionales que seguramente has recibido a través de tu educación “tienes que ser buena persona”, “ser egoísta es malo”, “hay que compartir”,”a tus padres no puedes decirles eso o no eres un buen hijo”, “una buena esposa lo da todo por su marido”…. Todos estos mensajes llevan implícita la creencia de que “poner límites no es lo adecuado”

Segundo, por evitar el conflicto (miedo al conflicto). En muchas ocasiones tenemos la falsa creencia de que poner límites va a hacer que el otro se disguste conmigo, y que nuestra relación cambie. “si le digo que no, le perderé” (en muchos casos sucede así, pero has de valorar si quieres relacionarte con personas con las cuales no puedas posicionarte y decir No a aquello que no quieres consentir)
En relaciones de pareja, por ejemplo, existe la falsa creencia de que diciendo que SÍ a todo, la otra persona se enamorará más de tí y se quedará a tu lado “si le quieres, has de complacerle en todo”

Tercero, el sentimiento de culpa. Sentirte culpable implica sentir que “he quebrantado una de mis reglas de comportamiento”. 
Por ejemplo, si has puesto un límite y te sientes culpable, seguramente es porque estás pensando “no debería haberle dicho que no, se va a enfadar conmigo”, “total, no me habría costado tanto”,”seguro que le he perdido”, "poner límites es ser egoísta y mala persona"…. 
El sentimiento de culpa en algunas personas es tan intenso, que prefieren no poner límites, antes de volver a sentir esa culpa.

Existe un miedo (frecuente e innato) en las personas a quedarnos solos. Los seres humanos somos seres relacionales, necesitamos sentir la pertenencia a grupos. Muchas personas sienten que para estar en esos grupos, han de olvidarse de cuales son sus necesidades, y simplemente anteponen las necesidades de los demás (del grupo) por encima de las suyas.


Y en cuanto a ponerte límites a tí mismo, a la dificultad para controlar ciertos impulsos o pensamientos (compras compulsivas, adicción al trabajo, nuevas tecnologías, obsesión por la limpieza o rigidez de pensamientos), el quid de la cuestión se haya en que:

-          No quieres ponerte límites (la ansiedad de ponerte ese límite es tan elevada (o la imaginas tan elevada), que piensas que no vas a poder hacerlo “no soy capaz”, o lo justificas con el típico “me lo merezco”, “por una vez no pasa nada”, "todo el mundo tiene algún vicio", "no puedo trabajar menos, es lo que me ha tocado"...

-          No sabes cómo hacerlo. Hay muchísimas personas que no cambian ese mal hábito porque no saben como hacerlo. En ese momento, el psicólogo puede darte pautas para trabajar sobre ese mal hábito, por ejemplo:
o   Aprender a identificar y anular tus auto-justificaciones “me lo merezco”, “de algo hay que morir”, “por una vez no pasa nada”, “no puedo cambiar estos pensamientos, las personas no cambiamos, soy así”
o   Poner todo tu esfuerzo en salir de ahí. El cambio requiere esfuerzo y constancia. Por si mismo, el cambio no se genera. Nuestra tendencia es a quedarnos en nuestra zona de confort.



Si necesitas más orientación sobre este u otros temas que estén mermando tu salud física y emocional, puedes ponerte en contacto conmigo y concertar una visita gratuita, donde te oriente del tratamiento más idóneo para tí,


Mª Asunción Masanet 
Psicóloga - Terapeuta Gestalt - Ncol. CV08699 
Gabinete PsicoAltet - www.psicoaltet.com
El Altet (Alicante)


¡¡Quiero sentirme bien!! - María Masanet, Gabinete PsicoAltet




¿Cuántas veces hemos tenido este pensamiento, o se lo hemos oído decir a alguien? Seguramente, muchas! Cuanto más leo y me informo sobre este tema, más me hago esta pregunta ¿existe una receta para alcanzar ese bienestar emocional? … artículos y blogs sobre psicología positiva, frases motivadoras, libros de autoayuda…, yo misma he ido moviéndome por diferentes estrategias para alcanzarlo. Algunas de las estrategias que he usado, me han servido para pasar temporadas muy buenas, muy estable y con una sensación de bienestar fabulosa. Otras, sin embargo, sólo me han producido sensaciones muy limitadas en el tiempo y que han acabado en el más absoluto de los vacíos…


Si has reflexionado en algún momento sobre este asunto, seguramente reconocerás algunas de las estrategias que a tí te funcionan para sentirte agusto y feliz. Partiendo de mi experiencia profesional y personal, te comento algunas pautas que sé que funcionan para vivir en el bienestar: 


-   Vivir en el presente, aquí y ahora. El presente es lo único que existe. Vivir anclado en el pasado o proyectarnos al futuro no nos permite disfrutar y sentir el momento presente, sino que pueden generar en nosotros síntomas como son ansiedad (futuro) o depresión (pasado), entre otros.

-    Adaptarte al cambio. Aprender a ser flexible a los cambios, vivirlos como oportunidades, no cerrarte a lo nuevo… te ayudará a aumentar la seguridad en ti mism@ y vivir con menos estrés.
Rodearte de personas que te hagan sentir bien, que te aporten. Tomar distancia física y/o emocional de personas tóxicas, en la medida de lo posible.
-   Plantearte metas, objetivos. Actividades gratificantes. Pueden ser pequeños objetivos a lograr a diario, como levantarte diez minutos antes para ir más relajado por la mañana, o ir a darte un masaje la próxima semana, otros más a largo plazo como plantearte un nuevo proyecto laboral o planificar un viaje.

-    Mantener un estilo de vida saludable. Una buena alimentación y algo de actividad física.

-    Pensar de una forma racional, evitando pensamientos rígidos, juicios, desconfianza, la autoexigencia y la exigencia con los demás.

-     Aprender a vivir la incertidumbre. La vida es cambiante e incierta. Créete capaz de afrontar aquello que venga, sin necesidad de preocuparte por lo que no ha ocurrido.

-     Hacer algún tipo de actividad relajante. Relajación, meditación, un paseo tranquilo… Te ayudará a reducir el estrés, ver las cosas con mayor claridad y tomar mejores decisiones (fomenta la creatividad).

-  Aprender a gestionar las emociones. Todos experimentamos emociones que nos desagradan (tristeza, enfado, frustración…), pero son parte de la vida y están presentes. No se trata de no sentirlas, evitarlas o negarlas. Aprende a gestionarlas y no quedarte enquistado en ellas.

-    Ser empático y tolerante. Esfuérzate por comprender al otro, por saber ponerte en su lugar, por respetar su forma de ver las cosas.

-    Aprender a organizar el tiempo. Dedicaré una entrada a este tema tan importante, puesto que la deficiente organización del tiempo es  gran generadora de frustración y estrés.

-    Deja de quejarte. La queja nos limita, no nos ayuda a ver las opciones. Céntrate en lo que no te gusta e intenta cambiarlo.

-    No te consideres omnipotente. Hay cosas que no puedes controlar, no dependen de ti. Acéptalo. Además, aprende a pedir ayuda. Todos la necesitamos en algún momento, no es signo de debilidad.


María Asunción Masanet
Psicóloga CV08699
www.psicoaltet.com